1. La luz natural es fundamental para realizar retratos que aporten frescura y calidez a la imagen. Por eso si acercamos a nuestros bebés a una fuente de luz natural obtendremos los mejores resultados. Cualquier sitio que tenga luz como una ventana, una terraza, un jardín o cualquier otro lugar de casa puede funcionar.
2. Primero debemos decidir dónde queremos colocar a nuestro bebé, cuál será el escenario o la situación que nos gusta. Si nos decidimos por un objeto que no esté cerca de nuestra fuente de luz, debemos acercarlo a ella.
3. Antes de empezar la sesión debemos observar nuestro entorno y mirar a través de la cámara todos los objetos que potencialmente puedan aparecer en nuestras fotos. Puede que no todos ellos nos interesen como elementos de composición: habrá algunos que no aporten nada o más bien molesten... éste es el momento de retirarlos! De esta manera nuestra escena quedará libre de contaminación visual y la imagen resultará más limpia.
4. Ahora se trata de aprovechar al máximo el lugar que hemos preparado para nuestro bebé! Podemos obtener muchos retratos diferentes sin necesidad de estar moviendo al pequeño de un lado a otro ni cambiando el escenario, la clave está en ir variando el punto de vista. Esto lo conseguiremos cambiando la posición de la cámara (en vertical o horizontal) y acercándonos o alejándonos de nuestro bebé.
5. Tenemos la mala costumbre de fotografiar a los pequeños desde nuestra visión adulta, es decir, siempre los hacemos forzar su mirada hacia arriba en lugar de nosotros bajar la cámara a su punto de vista. Si nos agachamos a su mismo nivel podremos captar mejor sus expresiones y con mayor naturalidad, así como también captar los detalles que más nos gusten de ellos.
Esperamos que estos consejos os sean útiles y que disfrutéis haciendo las fotos de vuestro bebé!!!
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